Fic - One Shot Especial Robsten
"Happy Birthday Honey"
(Rob's birthday)
ROB - POV
(Toronto, Canadá – Mayo 2011)
Abrí mis ojos pausadamente, como acostumbrándolos a la oscuridad absoluta. Todo se veía negro a mí alrededor, no podía disipar ninguna silueta conocida, ni siquiera sabía en donde empezaba o terminaba la habitación. La luz de la luna debía de estar asombrosa allá afuera, reflejando cada rincón de la ciudad, mas en donde estaba yo, su resplandor no llegaba a su propósito… Pestañé varias veces, y seguí adentrándome a la Suite, unas manos suaves y pequeñas me atraparon los ojos por la espalda, estaba seguro de quien era, quise contenerlas, pero en un segundo habían desparecido, sólo sentí una brisa fría indicándome que ahí, detrás mío, había estado mi dulce tormento en persona.
De pronto… unas luces, como reflectores de Teatro, enfocaron en el centro de la habitación una forma piramidal grande…
Di unos pasos más, hasta entender lo que mis ojos veían… ¿era un pastel?
— 10, 9 (…), 4, 3, 2… 1…. — giré sobre mis talones sorprendido para identificar la voz o para saber al menos de donde provenía. Si no me equivoco, aquí no teníamos un micrófono y menos un megáfono... pero… ¿cómo era posible ese sonido amplificador?
— ¡Feliz Cumpleaños Honey! —– gritó Kristen llamando mi atención hacia el lugar donde reflejaba las luces de neón. Y lo que vi, me dejó totalmente idiota: Kris saliendo de la torta gigante con una gran sonrisa. Sin detenerse un segundo corrió a abrazarme y yo seguía volando… apoyé mi cabeza en la piel de su cuello, y me impregné del delicioso olor de su cabello… era una mezcla de chocolate y miel…
Ella era real.
Sólo que… algo no encajaba aquí, puesto que hace segundos la tuve a mi lado tapándome los ojos, y ahora, como por arte de magia ¿salía de una torta? ¿Qué…? ¿Pero qué pasa…?
Atrajo mi rostro a sus labios, de inmediato sentí un sabor dulce, y sin más remedio, me sumergí en su deliciosa esencia. Cuando me dispuse a besarla, me vi sentado ya en el sofá y sin Kristen en mis brazos… ¿dónde estaba? Como respondiendo a mi interrogante, sus manos aparecieron por mis muslos, acariciándolos suavemente y dirigiéndolas hacia la pretina de mi pantalón, metió la mano derecha por debajo de mi polera, tocando mi estómago con delicadeza hasta empezar a rasguñarme la piel. Jalé la sábana de la cama con fuerza, escuchaba ya unos leves gruñidos provocándome excitación, la sangre galopaba por mis venas, sus lamidas eran cada vez más intensas, más fuertes… mi boca ya no reprimió ningún gemido, quería besarla, tocarla… pero…
La sábana se deslizó al lado opuesto, como si una fuerza tácita lo hiciera… ¿Qué… qué pasa? Las cogí con fuerza, pero la respuesta no demoraba en llegar. Mi amor ya no estaba, había desaparecido sin decir una palabra, sólo el olor a chocolate reinaba en la habitación haciéndome recordar a ella…
La sábana seguía moviéndose… unas lamidas cortas e interminables en mis pies me hicieron abrir más los ojos… ¿pero qué?
— ¡Bear! — el aludido ladró.
"¿Bear? ¿Qué tiene que hacer Bear en mi regalo de cumpleaños?"
…el olor a chocolate se hizo más intenso.
— ¡Bear ven para acá! —
"Mmmm… Esa es la voz de Kris... Ella es real."
Guauuu, Guauuu…
Y ¡zas! La sábana voló. El aire barrió mi piel desnuda. Estiré mi mano para atrapar la sábana o tirar un manazo a quién me la había quitado, pero no encontré nada.
Sólo una risa, una risa como sonido de cascabeles angelicales retumbó en la habitación…
Pero… ¿Qué pasaba…?
.
.
— Lindo trasero, señor Pattinson. — dijo Kristen entre risas pegándome un sobresalto.
Ella sí era real.
— ¿ah?... Pe… pero, ¿Qué...? — grité sentándome en mi sitio totalmente desnudo y buscando por reflejo algo con que taparme. Los estragos de lo vivido anteriormente me tenían mareado.
— Oh… ¿no recuerdas nada? — me preguntó Kris tapándose disimuladamente la boca para seguir riéndose de mi desnudez y mi aturdimiento.
— ¡No te rías! No es gracioso.
— ¡Si, lo es! Bear y tú peleando por una sábana es jodidamente épico. — agregó sonriendo al tanto que desviaba su atención de la alfombra hacia mí.
Vi a donde se dirigían sus ojos, y era hacia una de mis zonas erógenas que se encontraba inminentemente estimulada. No había nada con que cubrirme. La sábana blanca estaba tirada en el suelo siendo víctima de los juegos de Bear, la mordía, lamía y peleaba con ella divertido. Nunca entenderé ese afán de los cachorritos de restregar y arrugar las sábanas.
— Naaaa… ¿Qué… qué paso…? Pero si tú salías de una torta… luego me besaste… Tú me… — no continué, me avergoncé un poquito, porque aunque no lo crean, aún seguía estúpido tratando de atar cabos.
— Hon, Bear estuvo tranquilo en la cocina conmigo, pero se puso juguetón y empezó a ir y venir a la sala. Sólo me di cuenta que estaba aquí porque empezó a ladrar, como desesperado, creo que respondía a los ruidos que hacías… — se detuvo un momento para controlar sus risas y mirarme sugestivamente. —… porque cuando llegué, estabas hablando sonseras y gimiendo. Cuando quise detenerlo, era tarde, él te jalaba la sábana y tú se la quitabas gruñendo, era muy gracioso verlos. — volvió a carcajearse. — Si no te hubieras volteado, ganabas tú, aunque me gusta que hayas perdido. — finalizó su relato con una mirada pícara, matadora.
Me mordí los labios, ósea que ¿todo había sido un sueño? ¿Mi regalo de cumpleaños había sido nada más que un deseo reprimido de mí subconsciente? ¡Maldición! Pero si todo estaba lindo… Kristen con sabor a chocolate en una torta… Awww... ¡perfecto!
— Oh… era un sueño… — acepté cabizbajo. — Era muy lindo para ser verdad.
Bear ladró un par de veces, como dándome la razón, lo miré receloso por encima de mi hombro y él, sin importarle, volvió a morder la sábana. Claro, como NO era su sueño. Traidor.
Kristen se me acercó con una mirada dulce, seguro percibió mi carita de aturdido y sonso y vino a rodearme con sus delicados brazos. Me besó la frente y luego los labios suavemente, el sabor a chocolate regresó, y creí por un instante que nuevamente estaba soñando…
— Mmmm… Sabes a chocolate… exactamente como en mi sueño.
— Debió ser un muy buen sueño.
— Sip, porque estabas tú… — sonrió. —
La atraje más a mí sorprendiéndola y dejándola caer sobre mi cuerpo. La abracé por la cintura y no me importó quemarla con mi piel. Sus ojos verdes resplandecieron y se mostraron temerosos a lo que se avecinaba. La iba a hacer mía. Nuevamente. No me importaba que diga, quería cobrarme cada beso, cada caricia que se profanó en mi sueño.
— No Rob. Debo regresar a la cocina.
— No. — gruñí al tanto que utilicé un poco de mi fuerza para girarla y apresarla entre mis brazos. Ataqué sus labios de chocolate mientras mis manos guiaban las suyas hacia arriba, dejándola temporalmente indefensa.
— Rob… para… se me va a estropear la torta.
— No me importa. — respondí besando toda la extensión de su cuello que sabía a vainilla y manjar, para luego mordisquear y lamer los lóbulos de su oreja incitándola, invitándola a perderse entre mis brazos.
Totalmente desnudo, empecé a mecerme contra su buzo, con suavidad, separé una de sus piernas con mi rodilla y la acomodé alrededor de mi cadera para continuar frotándome contra ella con total libertad y así sensibilizar mi parte favorita. Kristen comenzó a buscar más fricción como respuesta y gimió bajito en mi oído haciendo que la desee aún más… estaba seguro que en segundos caía rendida ante mí.
No era difícil convencerla.
—…Rob... dejé calentando la leche… y… el chocolate… — susurró contra mis labios. Sus advertencias ya eran tardes, yo sólo quería en estos instantes quitarle estas malditas prendas que cubrían su perfecto cuerpo, y devorármela.
— Puedes hacer otra.
— No... Esta es... Especial...
Gruñí.
— Eso te pasa por no cumplir lo que prometes. — la contradije y sentí de inmediato una presión extraña en mi nuca: La fuerza de mi Kris.
— ¿Ah no?... — me detuvo. Su respiración entrecortada y excitada se diluía dando paso a una voz fuerte de ligera irritación. ¿Y ahora que hice mal?
— Olvídate de tu regalo de cumpleaños, Robert. ¡No te daré nada!
— Pero Babe… — respondí espontáneamente. No tenía ni idea de que podría ser mi regalo de cumple, para mí, tenerla a ella en mi vida, era más que suficiente.
— ¡Pero nada! — espetó empujándome a un costado. Se había disgustado. Se sentó sobre la cama y yo la seguí, Bear paró sus orejitas y empezó a mirarnos. — Estoy haciendo tu torta de cumpleaños para mañana y ¡a ti no te importa si se me quema o se estropee todo!
— No es eso, babe… sólo que ¡Yo quería ayudarte! Me lo prometiste. ¿Y tú que hiciste? Me dejaste dormir. — crucé mis brazos sobre mi pecho como si estuviera enojado y fingiendo en mi tono de voz reproche. Nunca podría enojarme con ella, menos por sonseras, sólo que era divertido verla arrugar su pequeña nariz y lanzarme miraditas matadoras, amo sus 'bitch faces'.
— No es tan tarde Rob, son apenas las 5. Y si te despertaba para que me ayudes, no me dejabas ni siquiera batir los huevos. — advirtió totalmente convencida.
— Nunca interferiría con tu arte en la cocina, mi amor. — me defendí como un niño bueno e inocente.
—… — alzó una ceja y me miró incrédula. — Déjame recordarte Pattinson que por tu culpa, desde que llegaste de Australia, Bear ha tenido que comer dos horas después de lo habitual. ¡Estás incansable!
— Eso pasa porque eres muy deliciosa, como un dulce, — me paré de la cama con cinismo sin tener ni un pedazo de tela con que cubrirme y fui a su encuentro. —...y yo nunca me canso de los dulces.
La estreché contra mí al tanto que preparaba mis labios para besarla, le pasé la punta de mi lengua por la comisura de los suyos y junté mi nariz con su piel. Kris se tensó a mi atrevimiento provocando que sus mejillas se vean teñidas por un tenue color carmín y haciendo que mis ansias por ella se acrecienten.
— No, no, retrocede... — mi amor se estaba resistiendo. — Déjame primero terminar tu torta. —
Suspiró con fuerza.
— Te dije que podríamos comprar una y no quisiste.
— ¡Obvio que no!... Quiero consentirte mi amor, mañana es tu día y quiero que sea muy especial, empezando por el pastel.
— ¿Y qué tal si empezamos por adelantar la celebración? En Londres ya son las 12 de la noche. — sugerí con picardía, tentándola mientras la observaba de arriba abajo, el delantal blanco le quedaba divino, pero sabía que quedaría mucho mejor si le hacía compañía muy pronto a las sábanas del suelo.
Caminé a su alrededor desnudo, exhibiéndome, hasta posar mis manos en sus caderas y aprisionarlas contra las mías. Jadeó. Era una propuesta que ella no podía negar, lo sabía, más aún si yo estaba casi listo para adentrarme en su interior una vez más. Abrió la boca para responderme pero unos gruñidos cada vez más intensos la interrumpieron…
Grrrrrr, grrrrr…
Guauuuuu, guauuuuuu
"Oh… es el pequeño traidor Bear… creo que debería traer a Sam para que le haga compañía…"
— Bear… anda a la salita, tengo asuntos que resolver con tu mamá… — le dije y él ladró un poco más.
Kristen sonrió y movió su cabeza de lado. Con gran agilidad volteó su cuerpo al lugar donde estaba Bear atrapado entre las sábanas rugiendo y con un simple movimiento de dedos lo tuvo a nuestros pies.
Es increíble cómo él también cae rendido ante la belleza y ternura de mi Kris.
— No seas impaciente Rob. Date una ducha, cámbiate, y te espero en la cocina.
—… puffff… — respondí desilusionado. Kristen se estaba haciendo la difícil hoy. Suspiré. — ¿Me dejarás ayudarte?
Y Bear volvió a ladrar. En serio que estaba muy juguetón hoy día.
— Mmmm… depende. Pero, si te portas bien, te daré un pequeño adelanto de tu regalo de cumpleaños.
— Yo sólo te quiero a ti. — confesé.
Se le dibujó una hermosa sonrisa en su rostro y después de morderse el labio inferior seductoramente avanzó hacia mí para unir nuestros labios en un beso corto, dulce, fue un simple roce, pero que me hizo anhelar mucho más. Kris logró esquivar mis brazos rápidamente y justo antes de que cometiera la locura de no dejarla escapar nuevamente, se alejó.
— Eso lo dices porque no sabes cuál será tu regalo. — señaló desde la puerta divertida, Bear ladró por última vez y se fue tras de ella, dejándome completamente aturdido y ansioso.
Necesitaba saber que tenía planeado.
.
.
.
— ¡No Robert! ¡Así no! — exclamó apartando mis manos.
— ¡Pero yo quiero más! — insistí.
— Pero así no es, Rob. — acusó y prosiguió. — Además, estás haciendo trampa. — bufé y me retiré un poco. —
Kristen me miró ceñuda otra vez colocando sus manos a ambos lados de su cintura. Estaba muy sensible estos días, y estoy seguro que todo era culpa de sus hormonas femeninas, pero no tenía porqué agarrárselas conmigo, yo me porté muy bien, pues sólo me bañé en 10 minutos y vine a su encuentro en la cocina. Estaba muy entusiasmado como para demorarme más en la ducha, sobre todo porque la iba a ayudar a preparar el relleno de manjar blanco para mi torta –ó algo así, me dijo.-, y, debo admitir que yo tenía doble propósito, un gran plan, ¡obvio!.
Mi plan, era fácil, y práctico. Consistía en espolvorear un poco de especies a la olla a la vez que me acercaba por atrás, seduciéndola. (Ya saben, dejaba mi mano vagar por sus caderas, por su trasero, por sus muslos, mientras mi boca hacía contacto febril con la piel de su cuello) ya que mientras más rápido terminábamos en preparar la torta, más rápido recibiría mi pequeño adelanto de cumpleaños…
Ven, no pueden negarlo… ¡Soy un genio!
— ¿Qué? Yo no estoy haciendo trampa, babe, sólo te estoy ayudando. — me defendí cínicamente infundiendo inocencia.
— Oh… ¿y se puede saber que cosa piensas echar a la olla esta vez? — Kristen ahora sí dejó de mover el cucharón, se limpió las manos en el delantal y por un segundo pensé que me lanzaría una mirada fulminante.
— Ehhh…
¡Aunch! Se dio cuenta… Creo que mi plan no estaba saliendo como quería.
Me parecía extraño, porque ya lo había hecho dos veces, con la excusa de agregar un poco más de cacao a la mezcla, y había salido muy bien. Pero esta vez, ella logró apartarme antes de tiempo…
Mi amor se estaba resistiendo…
Y no lo entendía. Podía sentir cómo se tensaba a mi proximidad, cómo se excitaba al contacto de mi lengua con su piel, cómo contenía el aliento cuando la acariciaba… Ella se estaba resistiendo, lo disimulaba muy bien, lo negaba, y eso no podía quedarse así. Además ya no había peligro. La torta estaba fuera del horno, a salvo, y lista para desmoldarla, sólo nos faltaba terminar el fudge para deslizarlo sobre ella... ¡Así que no podía negarse más!
Me estaba haciendo sufrir.
— Quería poner más vainilla… — respondí con seguridad. — Tú me dijiste que el fudge necesita vainilla y cacao, y eso le falta, y mucho.
— Rob… esa no es la vainilla. Eso es azúcar en polvo. — objetó señalando la cuchara. — y ya tiene suficiente vainilla. ¡¿Ves que estás haciendo trampa? ¡Eres un terrible mentiroso! Sólo quieres persuadirme para que te dé tu regalo de cumpleaños, sin importarte en lo absoluto que estropee las cosas.
Rodé los ojos. Ella tenía razón.
— Y así no te diré nada. Te quedarás con la duda hasta mañana. — su mirada se endureció.
Me quedé helado, una sensación de escalofrío surgió de mi pecho al escuchar la tonalidad seria de su voz, capaz de no aceptar objeciones. Yo quería saber a toda costa, estaba muy intrigado con la duda, y las ganas por saciarla eran cada vez más fuertes. Tenía que disuadirla por mi propio bien.
— ¿Estás segura, baby? — pregunté de la manera más tentadora posible, acechándola con la mirada intensamente. Me acerqué de nuevo a ella con prisa… quizá si la acorralaba entre el repostero y la mesa, no tendría escapatoria.
Kristen sonrió. Quiso decirme algo, pero no le tomé importancia, sólo me dediqué a arrinconarla e inclinarla sobre la alacena. Fui rápido.
La besé.
— Eres tan caprichoso.
— Y tú, mala. Me haces sufrir… — la silencié con una caricia en su mejilla e hice mi típico puchero de pena.
Suspiró largamente.
— Me estás complicando las cosas, Rob. — dijo mordiendo su pulgar, en tan sólo dos segundos noté que frunció el ceño como si estuviera pensando algo, o quizá, tratando de decirme algo. La miré extrañado.
Lo que vi a continuación, en los próximos dos segundos, fue sus brazos rodeando mi cuello regalándome una mira tierna y seductora, y logrando borrar de mi memoria el tono de voz sombrío que acababa de emplear, el cual yo no logré captar con total claridad. Ella sabía cómo convencerme y olvidarme del mundo.
— ¿Por qué no vas a dar una vuelta con Bear mientras yo soluciono todo esto?
—… Pero…
— No… shhh… nada de 'peros', Hon… — susurró muy cerca a mis labios, evidenciándome el deseo que sentía por mí, su mano derecha empezó a acariciar mi cabello, su boca se abrió paso por mi oreja, mordiéndola, royéndola suavemente con sus dientes, para luego adueñarse de mi cuello regando unos cuantos besos húmedos sobre él y haciendo que mi piel se encrespe. No demoré nada, y ya estaba besándola desesperadamente... como si no lo hubiera hecho hace ratito.
Fue un beso muy dulce e incitador, como un 'pecado de lúcuma'. Sonreí para mis adentros... Kristen era un pecado, un exquisito pecado.
— Cuando regreses… — dijo con voz entrecortada. — tu torta ya estará lista, sólo para decorar con la cereza... ¿Ok? —
No sé que me convenció, no sé si fueron sus ojos increíblemente grandes, ó su piel blanca como la crema fresca, ó su naricita respingada, ó sus labios finos… Sólo sé que nuevamente caía rendido, totalmente cautivado, ante ella.
— Ok. Lo haré. Saldré con Bear. — asentí ya resignado pues era imposible sacarle un adelanto a Kris.
Al menos por ahora.
Porque… pensándolo mejor, era una buenísima idea llevar a Bear al parque, hoy día estuvo muy juguetón y si lo hacía correr o dar saltos a cada rato, podría cansarlo, y así cuando regresemos, iría derechito a dormir y estaría tranquilito hasta el día siguiente… Lo que me convendría para mi plan "sacándole la verdad a Kristen", ya que lo que no sabía esta señorita, era que yo tenía un Plan B, y que apenas regrese y cruce esa puerta, se jugarían mis reglas y ella tendría que abstenerse a ellas.
— Muy bien, Hon. Gracias. — se alegró.
Le devolví la sonrisa con un cierto grado de malicia y perversidad cruzando los dedos por detrás, y asegurándome que ella se creyera mis 'buenas intenciones'. Por ahora aceptaría su muy egoísta propuesta, pero cuando vuelva, tendría que aceptar las consecuencias, aquellas que me salvarían del sufrimiento.
Regresé al cuarto refunfuñando en voz alta (al propósito) y busqué rápidamente una chaqueta liviana, mis lentes y mi gorrita. Busqué la correíta azul y se lo coloqué a Bear, no sin antes acariciar su pequeña cabecita con cariño. No quería que se enoje por las miradas soslayadas que le di hoy...
Además...
— ¿Serás mi cómplice, verdad?
Bear me miró unos instantes, paró sus orejitas, -creo que analizaba la 'situación'-, y luego comenzó a ladrar y mover su colita contento.
Sonreí. Con un plan así, Kristen no podía resistirse más, esta vez, no se me iba a escapar.
.
.
.
Una hora después. No, miento, 45 minutos después, estuve de regreso en la Suite. No sé cómo pasé desapercibido nuevamente un jueves en Yorkville, sabiendo que es uno de los barrios más concurridos y atractivos de la ciudad, no sólo por la cantidad de servicios que ofrece, sino por la interactividad diaria que existe.
Al salir del hotel, y después de recorrer los cien metros de la Avenida Yorkville, tomé una de las calles transversales, a la mano izquierda, llamada'Scollard', -una calle corta, adoquinada y un poco silenciosa a tan sólo 2 cuadras del hotel-, para evitar así los varios restaurantes y cafetines de la zona y llegar al Parque con tranquilidad.
Éste no era muy grande, y Bear estaba inquieto, como nunca. Aquí no podía hacerlo correr, así que sin más, me dirigí a su parque favorito, el"Ramsden" a unos 4 bloques del hotel. Fue una pequeña odisea, pero que logró despejar un poco mi mente, y a su vez, ayudarme a tener muy en claro lo que quería lograr a penas llegara a casa. Seducirla.
Cuando ya subía por el ascensor y miraba los números de la pantalla que me indicaban los pisos que faltaban por ascender, sonó mi celular, no diré la melodía estúpidamente graciosa que sonó, pero me hizo reconocer de inmediato a su dueño: Tom, y todo lo que pasó para ganarse el derecho de tener esa canción como timbre de celular. Se lo tenía bien merecido, por entrometido…
— ¡Feliz cumple Rob! — exclamó.
¡Oh…! al menos, él si hace valer la hora británica. No como Kris.
— ¡Hey gracias Simba! — le contesté y agradecí de inmediato, fue muy amable de su parte llamarme a esta hora, casi hasta se lo agradezco de rodillas, porque si llamaba en diez minutos más, iba a interrumpir mi genial Plan. — ¿Tendrás listo mi regalo, no? — averigüé en broma.
— Por supuesto, ¿Qué clase de amigo me crees? Si gracias a mí, tendrás una noche genial. — recalcó.
— No te sigo. — declaré confundido entrando a la habitación y prendiendo como robot la luz del vestíbulo de mármol.
— Creo que mucha dosis 'de Kristen', te tienen mal… Seré más directo: ¿Quién crees que anda votando por ti como loco en los Premios MTV?
— ¿WTF? ¿Ese es mi regalo de cumpleaños?... — inquirí.
— Ajam… ¿Innovador cierto?
Mis ojos se estrecharon ligeramente, de forma sospechosa. No le creía ni una palabra, mas no me importaba si me daba o no regalo. Como dije anteriormente, no quería nada, no era necesario, pero seguí tomándole el pelo.
— No tanto como la torta de chocolate con manjar que me hizo Kris. — aseguré orgulloso.
— ¡¿Que Kristen te ha hecho una torta de chocolate? — gritó por el otro lado del teléfono como si no supiera que mi esposita era una excelente cocinera, ama de casa y todista. Rodé los ojos. Idiota. — Wowww… entonces es verdad lo que dijo Lizzy.
— God... ¿Qué dijo esta vez? — pregunté angustiado.
¡Estos dos siempre hablando a mis espaldas!
— Que cuando Kristen y tú sean viejitos, y anden todos encorvaditos, vendrán a Londres a poner una confitería para pasar sus últimos días.
— jajaja... Ni tanto hombre, quizá vayamos antes. — le respondí con franqueza y sonriendo inmensamente. Algo de verdad tenía esta afirmación. Yo tenía planeado mudarnos a Londres después de tener a nuestra primera mini Kristen, ó, mínimo a la segunda, dependiendo de los factores laborales o personales que se nos presenten, pero para el tercero, ya tendríamos que estar ahí sí o sí, con Bear y Jella, instalados en una casa grande con piscina y un enorme jardín para verlos jugar y crecer...
Suspiré esperanzado. Era una hermosa perspectiva... No veo la hora de hacerlo realidad...
— Oh... Así que tenía razón... — continuó bromeando. — ¿Y pondrás a Sam como muñeco de torta? Mira que viene con música incluida. —
Solté una carcajada.
— No de esa manera... Creo que como mesero pingüino quedaría genial.
— ¡Naaa! ¡Ese es mi puesto!
— Mmmm... No lo creo. Lo pensaré... — le contesté entre risas y tratando de reflejar incertidumbre. Me aclaré la garganta y agregué con gravedad: — No quiero que ahuyentes a los clientes con esa bola de pelos que tienes en la cara. Para evitar eso, te haré firmar un contrato, Simba.
— Estúpido. — reímos. — Así que todo se resume a estética.
— En tu caso sí. — subrayé, y él gruñó. Por más que traté de mantenerme serio, ya no podía aguantar la risa con sólo imaginármelos, tuve que sentarme en el sofá del sala para no caer de bruces a la chimenea.
Me carcajeé nuevamente. Me encantaba poder conversar y bromear con él, era uno de los pocos amigos que me entendía y me consideraba un ser humano, y no una muestra fotográfica. Muy aparte que siempre ha estado ahí, conmigo, con Sam, para ayudarme, apoyarme, aguantarme, bromear y emborracharnos hasta en mis días más oscuros.
Seguí conversando un poco más con él. Durante estos minutos, no escuché otro ruido que no sea el proveniente de mi voz, la de Tom, y los ruidos agazapados de Bear. Me parecía raro porque Kristen no es de las más silenciosas –por así decirlo- y ella me prometió esperarme en la cocina para colocar la cereza en la torta. Todo estaba raro.
Luego de concluir la llamada telefónica, me dispuse a recorrer la Suite para encontrar a mi esposita y no la hallé. En la cocina no podía estar, porque ya la escucharía, así que directamente fui al Estudio (ya que ahí teníamos la computadora con internet, el teléfono y el fax y quizá estaba hablando por 'Skype' con su mamá quien por cierto, la llamaba mucho últimamente), y tampoco la encontré. Para mi mala suerte, crucé las puertas batientes francesas del comedor, ilusionado, y tampoco estaba ahí… me decepcioné un poquito, porque pensé que quizá había preparado una cena especial para nosotros… ladeé mi cabeza, ¿En dónde se había metido? Por último fui a la cocina, y lo que encontré fue peor.
— ¿Pero qué ha estado haciendo? — pregunté bajito, casi inaudible, aturdido, abrí los ojos como platos, no podía creer lo que estaba mirando.
La alacena y el repostero estaban igualitos, exactamente como los dejé, con la harina salpicada en toda su extensión mediantes pequeños puntos blancos, el cacao y el chocolate corrían la misma suerte, y los moldes y recipientes estaban haciendo fila en el lavaplatos, totalmente cubiertos de manjar, leche y una mezcla espesa y oscura, que consideré era el fudge frio. En ningún momento preparó el manjar, en su lugar, estaban las dos bolsas pequeñas vacías del producto, mirándome como si yo fuera una broma, o un maldito experimento. Su delantal estaba en la otra esquina, al lado del otro pequeño desastre que hice. No había limpiado nada. No había hecho nada después que me fui. ¿Me había engañado?
— ¡Kristen! — llamé preocupado. "¿No la habrán raptado?" — Babe, ¿Dónde estás? —
Bear acompañó mis exclamaciones con un eco de ladridos suturados y olfateando la alfombra.
— ¡Kristen! — volví a llamar adentrándome por el pasillo que daba al dormitorio, Bear seguía rastreando su aroma e iba en mi misma dirección, hacíamos muy buena dupla de detectives.
Ok, no.
— ¡En el baño, Sweetie! — respondió. El alma regresó a mi cuerpo súbitamente. ¿Cómo era posible que tan solo en un segundo, pudiera la mente y el subconsciente inventar miles de cosas, imaginar miles de situaciones, siendo la mayoría las más adversas y desastrosas? Siempre me pasaba aunque no lo quisiera, pero con Kristen, mis cinco sentidos no bastaban. El cerebro debería pensar bien, y no torturarnos de esta manera. ¿No lo creen?
Entré a la habitación lentamente, estaba un poco oscura, casi simulaba a la oscuridad que hubo en mi sueño, las cortinas se mantenían cubriendo las mamparas y sólo dejaban pasar finos rayos de luz solar que enfocaban a la mesita de aperitivos, vino, chocolate, uvas y cerezas. Iluminada únicamente por la tenue luz anaranjada proveniente de las lamparillas de la mesa de noche y otra, proveniente de varios montones de velas de colores expuestas por toda la habitación, me parecía el mejor efecto visual que podría existir. Allá afuera aún no caía la tarde, pero aquí adentro, la mezcla de claroscuro creaba un efecto trasnochador y casi sensual, erótico, romántico.
Dejé mi celular en el tocador, y me adentré aún más, una sensación de calor atacó mi corazón; la calma y la tranquilidad se apoderaron de mi ser al inhalar el aroma de chocolate y flores entremezclado con el magnífico perfume que eximía del baño, el perfume natural de mi hogar, Kristen.
El ambiente era perfecto y armónico, todo estaba en su lugar, ordenado prolijamente, las sábanas estaban bien acomodadas y limpias. Ahora comprendía el por qué Kris se negó toda la tarde en estar conmigo, ella quería hacer algo especial en mi día, quería sorprenderme, quería crear un ambiente idóneo en el cual sus cinco sentidos estaban puestos, para así lograr un momento tornasolado, mágico e impactante. Y yo, por poco se lo estropeaba…
— Es loto rosado, Hon. — dijo suavemente Kris al sentir ella también el olor agradable que desprendían los aceites aromáticos. Volteé sorprendido, y la encontré apoyada en el marco de la puerta del baño, envuelta con una bata larga de felpa blanca, y con el cabello totalmente húmedo. Sus ojos brillaron al presenciar la escena. Los míos hablaron por sí solos, y mi cuerpo corroboró lo que mis sentidos gritaban: querían alcanzar el cielo junto a ella.
Yo me juré conquistarla, pero fue ella quién lo hizo, como siempre lo hace… Cruzar los dedos, me estaba sirviendo de mucho en esta ocasión, me estaba ayudando a soñar despierto.
— Kris… No quería arruinar nada…
— Shhhh
Traté de acercarme, pero me echó para atrás, no con mucha fuerza, sólo la necesaria para arremeter contra mí, implantando su aliento en mis labios, y presionando su cuerpo con el mío, mis ojos se cerraron para intensificar la sensación. Sus labios comenzaron a devorarme con hambre y deseo, sin esperar una respuesta o una clase de permiso, mi lengua entró a su boca para saborearla, había tanta pasión y necesidad en aquel beso que creí que perdería el sentido. Nos separamos sólo para tomar aire, mi respiración agitada, lujuriosa golpeó contra su cuello. Suspiré y me dejé caer sobre la cama llevándome a Kristen conmigo. Ella me cogió el rostro con sus manos, y con la picardía y determinación que sólo ella sabe mostrarme, se levantó de mi regazo hacia la cómoda. Demoré un instante en comprender qué es lo que estaba haciendo.
Prendió su Ipod… y una melodía lenta que aún no reconocía empezó a sonar.
.
I lose all control
When you grab a hold
And you do your trick
I love it when you lick
I lose all control
When you grab a hold
And you do your trick
I love it when you lick
Lick
You've got lock and key
Every part of me
Know what makes me tick
I love it when you lick.
Every part of me
Know what makes me tick
I love it when you lick.
Me miró fijamente…
(dar click)
Al compás de la música, Kristen deshizo el nudo de su bata de felpa y la abrió lentamente dejándome entrever su piel, su vientre plano y un atuendo sugestivo, sexy, mi preferido… la pequeña faldita de Mallory y sus medias negras hasta los muslos… Tiró su cabello para atrás y comenzó a menear las caderas sensualmente de izquierda a derecha…
Deliciosa.
… la canción cambió a una más rápida, y empezó todo…
I'm telling you loosen up my buttons baby
But you keep fronting
Saying what you going do to me
But I ain't seen nothing
But you keep fronting
Saying what you going do to me
But I ain't seen nothing
I'm telling you loosen up my buttons baby
But you keep fronting
Saying what you going do to me
But I ain't seen nothing
But you keep fronting
Saying what you going do to me
But I ain't seen nothing
— Feliz Cumpleaños, mi amor… —
Bajó las mangas de la bata, exponiendo la piel de sus hombros hasta dejarla caer sobre su espalda, se la quitó con erotismo y la lanzó en el aire liberando completamente su vestimenta…
Quedé deslumbrado en ese instante.
Typical
Hardly the type I fall for
I like when the physical
Don't leave me asking for more
I'm a sexy mama (mama)
Who knows just how to get what I wanna (wanna)
What I want to do is spring this on you (on you)
Back up all of the things that I told you (told you)
Hardly the type I fall for
I like when the physical
Don't leave me asking for more
I'm a sexy mama (mama)
Who knows just how to get what I wanna (wanna)
What I want to do is spring this on you (on you)
Back up all of the things that I told you (told you)
Una minifalda que me dejaba ver la sexy lencería negra que había escogido portar hoy, y una blusita-top escotada que traslucía sus atributos se aproximaron a mí… Las diferentes velas aromáticas colocadas estratégicamente en los diferentes puntos de la habitación, me permitían poder observar su delicado cuerpo a la luz de las mismas y su contorno, sus movimientos sensuales y esa exquisita manera de mover las caderas…
Tragué saliva, mi boca estaba reseca, mis manos se mostraban inquietas, urgidas por tomarla entre mis brazos. Había presenciado toda la escena con dedicación, memorizándola. Mis ojos habían seguido cada movimiento suave, decidido, firme, hasta incluso algo violento de mi amor mientras mis oídos registraron cada palabra producida por sus labios. Ella se dejaba llevar por el ritmo de la música y se animaba sin complejos a despertar la seducción que llevaba dentro y que sabía me estaba excitando, llevándome al borde de mi autocontrol, explotando de placer.
.
You've been saying all the right things all night long
But I can't seem to get you over here to help take this off
Baby, can't you see? (see)
How these clothes are fitting on me (me)
And the heat coming from this beat (beat)
I'm about to blow
I don't think you know
.
You've been saying all the right things all night long
But I can't seem to get you over here to help take this off
Baby, can't you see? (see)
How these clothes are fitting on me (me)
And the heat coming from this beat (beat)
I'm about to blow
I don't think you know
.
— Mi amor, no tienes idea de lo que puedo hacerte… — le susurré en respuesta a la letra de la canción, ella me estaba provocando con aquella música, desafiándome, haciéndome fantasear. Quise levantarme para besarla y dar finalizado su baile, pero ella no desistió. Se sentó a horcadas sobre mí, desabrochando el cierre y la cremallera de mi pantalón y el mismo movimiento sinuoso de caderas de su danza, lo ejerció sobre mí, frotándose contra mí y provocando que mi erección creciera y se vuelva cada vez más dolorosa.
Soltamos un mutuo gemido y nos miramos lentamente, ella me deseaba, yo la anhelaba, sus mejillas estaban con un tenue rubor y sus ojos verdes eran un mar oscuro que invitaba a sumergirse en límites de seducción insospechados. Adentró sus manos calientes bajo mi camiseta para quitármela, su piel y mi piel eran como una lava caliente deslizándose sobre nuestros cuerpos…
I'm telling you loosen up my buttons baby (Uh huh)
But you keep fronting (Uh)
Saying what you going do to me (Uh huh)But I ain't seen nothing (Uh)
I'm telling you loosen up my buttons baby (Uh huh)
But you keep fronting (Uh)
Saying what you going do to me (Uh huh)
But I ain't seen nothing (Uh)
But you keep fronting (Uh)
Saying what you going do to me (Uh huh)
But I ain't seen nothing (Uh)
.
Su piel estaba más suave y brillosa de lo habitual. Pasé mis manos por su espalda semidesnuda, las guié hasta el inicio de su minifalda deteniéndome unos momentos ahí, para luego adentrarme con efusividad por debajo de ella, hasta llegar a su minúscula tanga, la jalé y estiré hacia arriba proyectando la pasión que sentía por tomarla en ese mismo instante… pasé mis dedos por sus labios suaves y me empapé de su humedad, mi erección palpitó al reconocer el lugar donde pertenecía, y las corrientes nerviosas latieron por su centro. Kristen jadeó y empezó a moverse aún más rápido…
Cuando estuve a punto de adentrarme a su profunda cavidad, se repuso, y apartó mis manos de su cuerpo…
— No… — masculló agitada. — Aún no…
Su excitación era evidente en esos instantes, pero trató de ocultarla para seguir con su show, mi show de cumpleaños…
You say you're a big boy
But I can't agree
'Cause the love you said you had
Ain't been put on me
I wonder (wonder)
If I'm just too much for you
Wonder (wonder)
If my kiss don't make you just
Wonder (wonder)
What I got next for you
What you want to do? (do)
But I can't agree
'Cause the love you said you had
Ain't been put on me
I wonder (wonder)
If I'm just too much for you
Wonder (wonder)
If my kiss don't make you just
Wonder (wonder)
What I got next for you
What you want to do? (do)
.
Se separó de mi cuerpo.
Moviendo sus caderas destilando sensualidad, jaló la silla del mini escritorio y la posicionó frente mío. Usando la misma figura rítmica y contoneos de su baile prohibido, se tambaleó y apoyó sobre ella, pasando una pierna a cada extremo; Simulando que su respaldar era mi cuerpo, con su mano izquierda, se agarró de la silla con fuerza y empezó a ejercer fricción contra ella sin dejar de mirarme a los ojos provocativamente mientras que con su mano libre agarraba su cabello con ímpetu, tirándolo para atrás y haciéndome asimilar la energía ardiente que emanaba de su cuerpo, se arqueó y movió sinuosamente contra la silla, cada vez más rápido… era como si le estuviera haciendo el amor… mis instintos más básicos despertaron, y sentí que ya no podía más…
Su libido y mi libido podían ocasionar una colisión espacial en estos precisos momentos.
Take a chance to recognize that this could be yours
I can see, just like most guys that your game don't please
Baby, can't you see? (see)
How these clothes are fitting on me (me)
And the heat coming from this beat (beat)
I'm about to blow
I don't think you know
I can see, just like most guys that your game don't please
Baby, can't you see? (see)
How these clothes are fitting on me (me)
And the heat coming from this beat (beat)
I'm about to blow
I don't think you know
Sin abrir la boca, y tan sólo mordiéndose los labios, seguía enviándome mensajes excitantes y descargas de adrenalina por sus ojos. Dejó de tambalearse un poco y aprovechó su postura sentada, endemoniadamente sexy, para pasar sus manos por su cuello, sus senos, acariciándose, por su cintura, sus muslos, por todo su cuerpo, arañándose la piel con una carga de sensualidad evidente, se inclinó un poco hacia sus pantorrillas para empezar a quitarse las medias negras poco a poco, hasta llegar a sus pies, donde se las retiró con fuerza, una por una, arrojándolas a algún lugar de la habitación.
I'm telling you loosen up my buttons baby (Uh huh)
But you keep fronting (Uh)
Saying what you going do to me (Uh huh)
But I ain't seen nothing (Uh)
.
But you keep fronting (Uh)
Saying what you going do to me (Uh huh)
But I ain't seen nothing (Uh)
.
Tragué en seco con los ojos desorbitados, desordené mi cabello una y otra vez pensando que quizá fui muy bueno en esta vida y que estaba soñando nuevamente... Mi pecho subía y bajaba desmesuradamente, mi respiración se iba cortando en el aire, y mi corazón bombeó más fuerte que parecía que se me iba a salir del pecho. Todo mi corriente sanguíneo se vio invadido por una energía sensual y erótica, imposible de describir… era el fuego líquido.
.
I'm telling you loosen up my buttons baby (Uh huh)
But you keep fronting (Uh)
Saying what you going do to me (Uh huh)
But I ain't seen nothing (Uh)
.
I'm telling you loosen up my buttons baby (Uh huh)
But you keep fronting (Uh)
Saying what you going do to me (Uh huh)
But I ain't seen nothing (Uh)
.
Se incorporó lentamente. Se meneó contra la silla al compás de la música rápida y se paró sin dejar de observarme, enviándome una sonrisa pícara.
Sus piernas perfectas y hermosas dieron una vuelta sexy alrededor de la silla hasta quedarse de espaldas a mí, dejando su derrière ante mis ojos, la faldita era tan chiquita, que dejaba entrever su tanga y su bien robusto trasero, el cual amaba; unos leves estremecimientos anduvieron vertiginosamente por mi anatomía, concentrando toda mi sangre en el bulto de mi pantalón. Nublados por el deseo de poseerla en estos instantes, mis pensamientos fueron invadidos por sensaciones cavernícolas de apretar, masajear, friccionar y morder su carne, mientras serpenteaba su cadera y separaba sus piernas para bajar suavemente hasta el suelo hasta quedarse en cuclillas abriendo y cerrando sus piernas flexionadas, generando y aumentado aún más en mí, un efecto sugerente y tentador…
Al compás de los acordes árabes, arqueó su cuerpo irguiéndose y sentándose repetidas veces, regalándome una visión excelente y sugestiva de mi parte preferida… luego giró y apoyó su pierna derecha en la silla y subió en ella. Juntó sus brazos por encima de su cabeza agitando la cadera, se apoyó en el respaldo y repitió los mismos movimientos flexionados que hizo en el piso…
Se arrodilló antes de bajar, meneó su trasero y formó una perfecta "V" con sus piernas dobladas, mientras simulaba cabalgar la silla. .Era lo más sexy que mis ojos hayan visto jamás…
Come on baby, loosen up my buttons babe
Loosen up my buttons babe
Baby, won't you loosen up my buttons babe?
Loosen up my buttons babe
Loosen up my buttons babe
Baby, won't you loosen up my buttons babe?
Loosen up my buttons babe
Kristen estaba muy desinhibida, disfrutando lo que hacía para mí, sólo para mí… nuestra confianza era grande, nuestra química indestructible... amaba verla así en nuestra intimidad, sin importarle nada, desencadenando su criatura sexual interna... se veía deliciosa, hermosa… y lo mejor, es que era, es, mía, sólo mía.
Se incorporó lentamente siguiendo el ritmo de la música, acariciando un poco su cuerpo, dio una palmada en su nalga y se volvió hacia mí acercándose tal cual gatita hasta subir su pierna derecha al colchón de la cama donde me hallaba sentado, se inclinó hacia delante de nuevo, dejando sus senos bien cerca de mi rostro, mis labios quisieron destrozar ese pequeño Top, y deleitarse con la suavidad y cremosidad de sus pezones.
Exhaló en mis labios y muy despacio, se fue quitando el liguero… mi nariz rozó su pecho y su estómago, y el olor de su feminidad me dio de lleno en los pulmones, no pude evitar posar mis manos inquietas en su derrière dándole una ligera apretada… Me sentí soñar.
— No… seas impaciente, babe… — jugó con mis manos, evitando que la toque y me apodere de su cuerpo. Las entrelazó un segundo, y sin perder tiempo, con determinación, me agarró del cabello sellando mis labios con los suyos. Fue un beso rápido, hambriento, que en vez de calmarme, me impacientó aún más, mucho más en cuanto se alejó de nuevo.
I'm telling you loosen up my buttons baby (Uh huh)
But you keep fronting (Uh)
Saying what you going do to me (Uh huh)
But I ain't seen nothing (Uh)
But you keep fronting (Uh)
Saying what you going do to me (Uh huh)
But I ain't seen nothing (Uh)
I'm telling you loosen up my buttons baby (Uh huh)
But you keep fronting (Uh)
Saying what you going to do to me (Uh huh)
But I ain't seen nothing (Uh)
But you keep fronting (Uh)
Saying what you going to do to me (Uh huh)
But I ain't seen nothing (Uh)
No sabía en que mundo me encontraba, sólo sabía que el recorrido de su órbita era alrededor de Kristen…
Mis ojos se nublaron, estaba entre aturdido y extasiado a tal punto que no había percatado el momento justo en que mi gatita me había lanzado su minifalda al rostro, conteniendo su aroma femenino y quedando sólo vestida con una lencería negra, fina, de encaje… me relamí los labios, se me hizo agua la boca al tanto que mi ritmo cardiaco aumentaba y sentía mis músculos tensarse cada vez más.
Le sonreí maliciosamente... Estaba hechizado con tanta belleza.
Ella sonrió, y se me acercó. Me tiró suavemente a la cama, mis codos y mi espalda sintieron lo frío que estaba la sábana, mas no le importaron ser víctima de la incitante seducción de mi amor.
(Ah-ah-ah)
I'm telling you loosen up my buttons baby (Uh huh)
But you keep fronting (Uh)
Saying what you going to do to me (Uh huh)
But I ain't seen nothing (Uh)
I'm telling you loosen up my buttons baby (Uh huh)
But you keep fronting (Uh)
Saying what you going to do to me (Uh huh)
But I ain't seen nothing (Uh)
I'm telling you loosen up my buttons baby (Uh huh)
But you keep fronting (Uh)
Saying what you going to do to me (Uh huh)
But I ain't seen nothing (Uh)
But you keep fronting (Uh)
Saying what you going to do to me (Uh huh)
But I ain't seen nothing (Uh)
Rápidamente me acomodé un poco más atrás hasta casi tocar el cabecero, para darle mayor comodidad, Kristen gateó, revoloteó su cabello y empezó a acariciarme suavemente por encima del bóxer mordiéndose los labios, fue subiendo sus manos paulatinamente por mi estómago, por mi pecho, rasguñándolos, al tanto que mi boca hacia de las suyas con su cuello y su mandíbula. Liberó mi excitación y la envolvió con su mano ayudándome a aumentar el placer. Gemí, el estímulo viajó a través de mi médula espinal, provocando que el flujo de la sangre en aquella zona aumente.
— Kristen… — tragué en seco. — No puedo... más… — presentía que ella estaba igual que yo.
Kris se montó sobre mí decidida a lamer toda la curvatura de mi cuello hasta llegar a mis labios y morderlos y besarlos abrasadoramente sin dejar ni un segundo de frotar su cuerpo contra el mío. Mis manos soltaron su sujetador y sus pequeños y hermosos senos quedaron libres por fin; mi boca no demoró en poseerlos y aferrarse a ellos como si fueran el único manjar de la tierra… son el único manjar…
Gimió en mi oído al sentir mis manos pasearse por sus nalgas. La canción terminó y ya empezaba a sonar una más lenta. Precisa para estos momentos…
Mordí, lamí, jalé, succioné e hice todo en un segundo, estaba loco, embriagado, excitado por ella, el baile había sido lo más sensual y ardiente que haya visto, había sido el preámbulo perfecto para lo que se vendría a continuación… No quise aplazar más el tiempo, así que pasé mis dedos por las delicadas tiritas de su tanga y las rompí al instante para en seguida dirigirme a su intimidad, estaba caliente, palpitante, al igual que la mía, a la expectativa de fundirse en uno solo.
La rodé sobre el colchón, quedando su cabeza en una de las almohadas, con mi lengua tracé círculos alrededor de su ombligo al tanto que mis dedos pellizcaban sus pezones, me apoyé sobre mis manos, y me introduje en ella, comencé a mecerme marcando un ritmo fijo, mientras ella rodeaba mi cintura con sus piernas y aferraba sus manos a mi cadera. La fricción era deliciosa, su interior era perfecto, como un molde hecho a mi medida.
— ¡Oh Dios! No doy más…
Kristen movía sus caderas cada vez más rápido, mis movimientos eran delirantes. Me sentí crecer mientras ella me aprisionaba con mayor fuerza cada vez, emitiendo contracciones y cosquilleos que recorrían directamente cada rincón de mi cuerpo, y el de ella.
Unimos nuestros labios para compartir el aliento, sincronizamos nuestras respiraciones y mirándonos fijamente, empezamos a movernos al mismo tiempo, cada vez más apresurado, más urgente, potenciando nuestra unión, y construyendo el camino a un clímax espectacular.
— Llega conmigo…
No bastó decir más para perder el conocimiento y llenar la habitación con nuestros sonidos de placer. Mis músculos se volvieron rígidos, mi respiración agitada. Kristen se removía y tensaba bajo mi cuerpo, me apretó, estrujó las sábanas y se arqueó totalmente permitiéndome coger uno de sus pezones y morderlo con desesperación, sintiendo cada punto interno de mi ser contraerse al tanto que con frenesí llegábamos a un increíble orgasmo.
Caí derrotado sobre ella segundos después, cuidando en no lastimarla y saboreando aún el efecto de sus contracciones alrededor mío, su aliento me quemó la piel, me alcé sobre mis brazos para observarla, y deleitarme con sus mejillas teñidas de un hermoso color carmín. Me abrazó con más fuerza, y me acerqué para besarle en los labios con dulzura.
Verla así, no tenía precio.
— Te amo tanto...
— Feliz cumpleaños, mi amor
— Gracias mi vida… — le di otro besito. — Casi malogro mi sorpresa… si lo hacía, no me lo perdonaba.
— Nunca podrías estropear nada, Rob... aunque me lo estabas haciendo difícil. — rodó los ojos. — Al menos traté que se asemeje a tu sueño.
— No babe… lo de hoy fue mucho mejor, fue perfecto. — delineé el contorno de sus labios sonrientes con la yema de mis dedos.
Nos rodé suavemente y le di otro besito. Kristen se acomodó sentándose con las dos piernas a mi costado y acercó su boca a mi oreja.
— Prometí darte un pequeño adelanto de cumpleaños, Rob.
— Y lo conseguiste babe, pero sabes que con tenerte en mi vida es más que suficiente. — quise agregar algo más, pues tenía en mente otro regalito, uno que demoraba en llegar 9 meses, pero ese aún estaba en camino…Por ahora
Nobody gonna love me better
I must stick with you forever.
Nobody gonna take me higher
I must stick with you.
You know how to appreciate me
I must stick with you, my baby.
Nobody ever made me feel this way
I must stick with you.
I must stick with you forever.
Nobody gonna take me higher
I must stick with you.
You know how to appreciate me
I must stick with you, my baby.
Nobody ever made me feel this way
I must stick with you.
— Entonces... — sonrió divertida. — eso quiere decir que… ¿ya no quieres saber las otras sorpresas que tengo para ti?
— ¿Hay más? — pregunté asombrado.
Esbozó una sonrisa. Ella sabía cómo amaba las sorpresas... En serio, nunca pensé que desear algo con tantas ganas y cruzando los dedos, me traería un sin fin de buenísimas sorpresas y momentos agradables.
Debo hacerlo más seguido…
— Sip… falta aún tu torta de chocolate.
— Esa es para mañana.
— Sí, ESA sí… pero… — se paró de la cama desnuda, y me sentí reaccionar de inmediato. El poderío que ejerce en mí es inaudito, debería ser ilegal. Caminó hacia la pequeña mesa donde se hallaba las uvas y los demás aperitivos. Divertida, me señaló las cosas que traía entre sus manos. — Esta es crema batida… y este otro, chocolate líquido…
—…que dejaré que coloques las cerezas donde quieras… como te lo prometí… — respondió al tanto que me regalaba una mirada coqueta y juguetona.
Me quedé boquiabierto. Tragué en seco. Era tentativo. Tendría a mi Kristen bañada en chocolate, manjar y crema para mí solito… para comerla, lamerla y disfrutarla hasta el amanecer… y de paso recolectar las cerecitas de su cuerpo…
Wow... Sin duda… éste era el mejor regalo de cumpleaños hasta el momento…
And now
Ain't nothing else I can need (nothing else I can need)
And now
I'm singing 'cause you're so, so into me.
I got you,
We'll be making love endlessly.
I'm with you (baby, I'm with you)
Baby, you're with me (Baby, you're with me)
.
.Ain't nothing else I can need (nothing else I can need)
And now
I'm singing 'cause you're so, so into me.
I got you,
We'll be making love endlessly.
I'm with you (baby, I'm with you)
Baby, you're with me (Baby, you're with me)
.
.
.
(10:06 am – 13 de Mayo)
— Gracias Mamá. – respondí un poco adormecido por el otro lado del teléfono.
Hacía cinco minutos que había despertado con una sonrisota. Pero aún mi cerebro no asimilaba muy bien las cosas, pues todavía sufría los estragos del tremendo baile, y la riquísima torta que me regaló Kristen, las imágenes rebotaban en mi cabeza, dejándome con un efecto ensoñador y totalmente embobado.
— ¿Te desperté?
— No… me levanté hace rato. – mentí, pero tuve que bostezar involuntariamente en ese preciso momento, mostrando lo mal mentiroso que era.
— Oh… Darling, no te preocupes, estás de vacaciones, debes aprovecharlas al máximo. ¿Cuándo empiezas a grabar?
— Ehhh… La otra semana, creo. — me rasqué la cabeza.
— Con más razón. Cuando vengas a Londres, te tendré listo un rico pastel, de esos que te gustan desde que eras un niño. — sonreí.
— ¿Le pondrás manjarblanco? —
— Es un pedido raro, pero será como tú quieras. — sonreí. Ohh sí… el manjarblanco es riquísimo — ¿Y Kristen? ¿Está cerca?
— No, está en la cocina con Bear, preparando el desayuno. — supuse.
— Oh… salúdamela. Bueno los dejo descansar y disfrutar sus vacaciones, tu papá te llamará al medio día, más o menos, y tus hermanas también. Querían llamarte antes de salir, pero les dije que era muy temprano. Lizzy se enojó, ya sabes, pero le hice prometer que no te levantaría tan temprano.
Rodé los ojos.
Luego de un par de minutos, me despedí de mi mamá con un beso. Dejé mi Iphone en la mesita de noche, y me dejé caer en la cama de nuevo. El aroma de Kristen impregnado en las sábanas era un estímulo positivo para no levantarme y seguir soñando despierto, además hoy era mi cumpleaños, y aunque no quiera reconocerlo, estaba molido, muy cansado…
Y bueno, la verdad es que no dormimos mucho, porque nos la pasamos en la ducha, en la cama, conversando, haciendo el amor, comiendo chocolate, jugando con las cerezas y las uvas, hasta que dieron las doce de la noche y brindamos por mi cumpleaños número 25. Luego de eso, Cuando Kristen se quedó dormidita, yo permanecí despierto, observándola, escuchando los latidos de su corazón y sintiendo su respiración tranquila. Toda una belleza. Una diosa.
— Despertaste dormilón. — dijo mi Kris desde la puerta del dormitorio.
— Bueno días babe… — crucé mis brazos y los coloqué detrás de mi cabeza, sólo la sábana cubría mi cuerpo desnudo. Me sentía espectacular. — ¿Qué es lo que huele tan rico?
Me miró y sonrió. Estaba vestida con unos pequeños bóxers azules y una de mis camisetas preferidas amarrada a su cintura, aquella que adquirí de la colección de Aerosmith, "Angel". Oh sí… "She's my angel".
— ¡Feliz cumpleaños, mi amor! ¡Felices 25 años! — sonreí al verla avanzar con mi torta entre sus manos, le había colocado varias cerezas en el contorno, dejando algunas velitas en el centro. Anoche me confió que había preparado y comprado todo lo necesario para mi torta y para el baile desde que llegó a Toronto días atrás.
¿No les dije que Kristen es la mejor? (*-*)
— Bear también te desea un feliz cumple. — me informó contenta al momento que me dio un besito de buenos días.
— ¿Dónde anda?
— En la cocina, tomando un poco de leche. — me contestó mientras prendía una a una las velas. No las conté pero quizá y había veinticinco.
— Ok, vamos sweetie, pide un deseo.
— ¿Crees que se me cumpla?
— Mmmm… Si lo deseas con muchas ganas, seguro que sí.
— Ok...
“A ver... ¿Qué deseo?... Fácil, pasar mi vida con Kristen, y tener muy prontito nuestro primer bebe... Mmmm… Veamos, si lo deseo con muchísimas ganas, con esperanza, y cruzo los dedos, como ayer lo hice antes de salir a pasear... ¿Se me hará realidad antes de lo previsto? ¡Espero que sí!”
— Listo. Ya sé que voy a pedir. — dije con voz infantil. — Ojala se cumpla.
Se le dibujó otra sonrisa radiante. Me incorporé aún tapado con la sábana y me senté en la cama; antes de soplar, volví a verla a los ojos aparentando que mi corazón no corría como un loco, y soplé con muchas fuerzas, con muchas ganas…
Y… claro, cruzando los dedos…
...totalmente esperanzado a que mi deseo se cumpla...
Kristen me abrazó tiernamente, felicitándome. Sonreí. Hoy más que nunca vi mi reflejo en sus ojos, y supe que en este día tan especial, y en el resto de los días que nos quedan, es aquí, con ella, donde debo estar siempre.
.
.The end.
.
NOTAS:
- la suite donde esta Rob, tiene la cocina equipada totalmente, incluyendo el artefacto de las parrillas y el horno.
- El parque mencionado existe, y está a unas 4-5 cuadras del hotel donde está.
- la cancion para el hot-chair dance es "buttons" de las pussy cat dolls.
- la primera, es de Joy, y la última es "stick with you" de las PCD.
- la suite donde esta Rob, tiene la cocina equipada totalmente, incluyendo el artefacto de las parrillas y el horno.
- El parque mencionado existe, y está a unas 4-5 cuadras del hotel donde está.
- la cancion para el hot-chair dance es "buttons" de las pussy cat dolls.
- la primera, es de Joy, y la última es "stick with you" de las PCD.
Fuente: Blog de Fics Robsten puedes leer más fic entrando a este genial blog!
No hay comentarios:
Publicar un comentario