Una historia con trama de adulterio parisina, el debut de los directores Declan Donnellan y Nick Ormerod, adaptación del clásico de Guy de Maupassant, la novela Bel Ami sin duda cuenta con algunas buenas actuaciones, pero nos deja con mucho más.
Es 1890 un ex oficial de caballería Georges Duroy (Robert Pattinson) llega a París después de haber completado tres años de servicio militar en Argelia, en busca de un trabajo bien remunerado. En una de sus frecuentes visitas a un burdel de París se encuentra con Forester un antiguo compañero, y con la frase "ven a conocer a mi esposa", Duroy comienza a ascender en la escala social, aterrizando en un trabajo en 'La Vie Francais diario'. La esposa de Forester Madeleine (Uma Thurman) y sus dos amigas Clotilde (Christina Ricci) y Virginie (Kristin Scott Thomas), se enamoran de Georges inmediatamente y lo toman bajo sus alas como su 'Bel Ami'.
Sin embargo él puede haber sido juzgado con dureza por ser el "mega hotty" de la serie Twilight, Pattinson ha subido un nivel al tomar este papel en Bel Ami y casualmente barre a un lado sus actuaciones anteriores en (Twilight, Remember Me, Water for Elephants, etc) como si se tratara de un simple ejercicio de calentamiento para su futura carrera. Interpreta a Georges Duroy como un hombre apuesto, pero antipático - una subvención de Richard E Grant más jóven, más atractivo, Pattinson parece realmente encajar con los otros actores, no los usa como un apoyo al igual que muchos jóvenes talentos tratan de hacer, pero cada uno de ellos, en la integración de sí mismos en sus normas de actuación.
Entre las actuaciones de talento de sus tres amantes, Christina Ricci se destaca como una de las mejores, añadiendo una cierta calidez y comprensión de su carácter que falta a las otras dos en la mayor parte de la película. El principal problema, sin embargo, es la historia.
Como Duroy se mueve de una mujer a otra y luego otra vez como una ráfaga de violines, se hace evidente que nada demasiado emocionante va a suceder. La película es, sin duda, un retrato auténtico de la vida parisina, donde los hombres están fuera tratando de cambiar el mundo mientras que sus esposas permanecen dentro de la familia, pero parece un poco desarticulada para sostener cualquier interés en una audiencia moderna. El sexo francés, el vino y el queso blando pueden haber hecho para una novela divertida al final del siglo XIX, pero en esta época de la historia carece de la fuerza para levantarse por sí misma.
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